Actualmente alrededor de 65.000 personas en todo el país sufren discapacidad visual. De ellas, 5.000 son ciegas totales.
Alrededor de 65.000 personas en todo el país sufren discapacidad visual o baja visión; de ellas, 5.000 son ciegas totales. Las instituciones educativas no cuentan en ocasiones con los materiales necesarios, razón por la que muchos jóvenes con esta condición deciden abandonar los estudios.
Con el fin de revertir esta situación, se lanzó la primera Biblioteca Digital Accesible del Uruguay, producto de una alianza entre la Unión Nacional de Ciegos del Uruguay (UNCU) y la Universidad de la República (Udelar). La iniciativa tiene como objetivo ofrecer herramientas que favorezcan la reinserción, el tránsito y la permanencia en el sistema educativo formal de la población con discapacidad visual, garantizando la igualdad de oportunidades.
La propuesta se enmarca dentro del Tratado de Marrakech, el cual exige el facilitamiento del acceso a las obras autorales en formatos como el Braille, letra grande y audiolibros para personas con dificultades para acceder al texto impreso.
La biblioteca fue una de las tres propuestas aprobadas entre más de 500 de toda la región, que se presentaron a la subvención del Programa FRIDA, financiadas por el International Development Research Centre (IDRC). Éste brinda apoyo económico a iniciativas innovadoras que utilizan las tecnologías de la información y la comunicación para promover el desarrollo social y económico de una región, y en ese sentido, UNCU fue la institución encargada de presentar el proyecto al fondo.
La primera edición de la Biblioteca Accesible incluye 500 libros correspondientes a los planes de estudio de enseñanza primaria y secundaria, y la idea es que esa lista se vaya actualizando. A partir de setiembre, el Ministerio de Desarrollo Social comenzará a registrar a las personas que podrán hacer uso de la plataforma mediante un usuario y contraseña, y se espera que la biblioteca esté operativa en marzo del próximo año.
La propuesta completa fue presentada oficialmente el miércoles 16 de agosto en la sala Maestro Julio Castro de la Biblioteca Nacional, de la mano de autoridades académicas y de gobierno.
Igualdad de oportunidades
El presidente de UNCU, Gabriel Soto, explicó a ECOS que la iniciativa busca facilitar la formación de los jóvenes con discapacidad visual, al permitir que los materiales de estudio estén en un formato accesible y gratuito.
“Lo que se intenta con esto es que las personas con discapacidad visual tengan las mismas oportunidades que sus pares a la hora de hacer los cursos, algo que actualmente no sucede”, indicó.
A través de la creación de un sistema de digitalización de libros y su puesta a disposición en línea, la Biblioteca Digital Accesible permitirá el acceso universal sin importar el lugar ni las discapacidades físicas. De esta forma, las personas con baja visión podrán descargar los textos que deseen en un formato inclusivo, que podrá ser leído por los softwares de lectura de pantalla con los que ya cuentan en sus dispositivos electrónicos.
“Es un avance enorme que los textos de estudio estén al alcance de todas las personas, porque esa ha sido la mayor barrera para que los jóvenes puedan terminar su ciclo educativo”, explicó Soto, quien también sufre de discapacidad visual.
Hasta hace 10 años, la estadística indicaba que el índice de deserción en las personas con este problema era del 70%. Actualmente la situación ha mejorado (no se cuenta con cifras actualizadas), pero todavía se dan casos en los que al no contar con los materiales, los jóvenes con discapacidad se desestimulan y abandonan, señaló el presidente de la institución.
“Lo que intentamos es que terminen la primaria y pasen inmediatamente al liceo, siempre teniendo los textos a disposición. De a poco se ha ido logrando, pero al tenerlos todos en una biblioteca digital, cualquiera puede acceder a ellos en su propia casa”, destacó Soto.
Ante la situación del día a día, Soto indicó que si bien se ha avanzado y se ha tratado de implementar políticas inclusivas, aún falta reforzar la toma de conciencia.
“Hay que entender a la inclusión no como un fenómeno que afecta solamente a las personas con discapacidad, sino como una forma de actuación social que nos beneficia a todos. Es un nuevo modelo social y sabemos que esos cambios de paradigma no se dan de un día para el otro”, explicó.
Y cerró: “Tanto la sociedad como nosotros mismos, las personas con discapacidad, debemos entender que la inclusión es el camino. Es un cambio de todos”.
Nota publicada el 16/08/17 en ECOS